No había mujer más sabrosa, picosa cual comida chilanga, con ese sabor único a mezcal con sal chilada. Llena de vida más que nunca y caprichosa cómo siempre. No paró de bailar -con sus nuevas galochas- bajo aquel aguacero de verano. Se la veía tan contenta.
Post data: las autoridades artísticas advierten: Si es usted una mujer de sal, pasear bajo la lluvia puede ser perjudicial para su salud.
2 comentarios:
¿Eres mejicana?
pues no, soy canaria...
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