
“Me has enseñado tú. Tú has sido mi maestro…” Como en la canción, ahora espero seguir aprendiendo o reaprendiendo. Mejor lo olvido todo, no en vano he descubierto que poseo memoria selectiva ¡Bendita, maldita!
Al igual qué te pasa a ti, me rodea una pequeña corte de ronceros, pero sabes perfectamente que la única opinión que me afecta es la tuya como sé que te interesa muy mucho la mía. La razón la sabemos ambos, también. No precisamos de mentiras maquilladas, ya nos vale con nuestras Soledades (¿Recuerdas?)
Ni a poco ni a mucho se heredan los recuerdos, y los míos me pertenecen, ya puede venir cualquier broncínea a bruñir-me que no hay madres (por cierto, me le das recuerdos a ambas). Recordar es vivir infinitas veces ¿No te parece?
Tranquilo, terminaré puntuando (Ay. Otra vez el gerundio) correctamente. Ya sé que son la respiración de la frase, pero yo o hiperventilo o me asfixio. No me regañes. Esto forma parte de mi encanto. Corrígeme, anda, si lo estás deseando. Cierra los ojos, abre la boca, mueve los dedos, tecléame o bésame. Tú verás (punto y final).
6 comentarios:
Deliciosa carta la tuya, y bien puntada. Menos mal que la alegría no te impide bordar estos pequeños lienzos tan llenos de vida, ni pastorear de este modo las palabras.
Carlos
¿Tú crees?
Hola Maite: hace tiempo que no entraba en tu mundo de creyón. Bueno, como sabes, yo creo que tú ya lo haces todo por ti misma y que la mejor opinión es la tuya. Sigue así. Un beso.
jo! Carlos, me dejas sin palabras.
Gracias
Anónimo: yo creo...y tú??
Purina:gracias por la confianza que me trasmiten tus palabras, pero la opinión de los demás a veces ayuda aunque sólo sea para hacer justo lo contrario. Un beso
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