domingo, 14 de diciembre de 2008

Manos

No me gustan mis manos
y debieran gustarme, como me gusta todo aquello que refleja lo vivido.
No me gustan mis manos
por eso mismo, porque no mienten, son el fiel reflejo de lo sufrido.
No me gustan mis manos
porque siempre me duelen, recordándome todo lo que han trabajado.
No me gustan mis manos
porque se me duermen, mientras yo padezco perenne mi insomnio.
No me gustan mis manos
porque siempre están calientes, mientras yo intento permanecer fría.
No me gustan mis manos
porque siempre me delatan, si yo me muestro calma, ellas se agitan, tiritan.
No me gustan mis manos
porque las siento huérfanas, a la espera de otras manos, que enlazar.
No me gustan mis manos
porque se niegan a escribir, lo que mi cabeza se empeña en crear.
No me gustan mis manos…
En fin…
Será porque a veces las siento ¡tan vacías!


3 comentarios:

Dulce dijo...

Vacias?? No,eso nunca, y menos pudiendo escribir así con ellas!!!

atiarcar@gmail.com dijo...

Culpas y disculpas.
Yo pasé algún tiempo culpando al arquitecto que diseño mi casa por colocar una ventana por el lugar que entraba la luz de peor calidad. Luego culpé a mi sastre por no confeccionar la ropa que me fuese bien. Culpé a mis vecinos, culpé a mis amigos, culpé a mis jefes (tengo varios), culpé al alcalde y hasta a la industria farmacéutica. Para entonces culpaba a mi familia. Una mañana desperté y estaba sólo, fue entonces cuando empecé a culpar a mis manos, mis píes, mi cara, a mi barriga (a esta tienes que verla)... Después de la ducha me di cuenta de que a todo lo que venia culpando, podía seguir haciéndolo sin mayores consecuencias pero con mis manos, mis píes, mi cara y mi barriga, con mí otro yo debía llegar a un pacto que nos permitiese llenar un único espacio y un único tiempo sin conflictos. Y en ello estoy.

Mararía dijo...

gracias Dulce...

ATI...:
si se trata de culpas mejor siempre a otro no ?? y si no al gato...

dos beS.O.S