En medio de este caos encuentro siempre a mí mejor yo, ese que sigue creyendo en ti y en mí. Ese yo que vuelve una y otra vez a aquella noche, a aquel paseo, a tu vieja casa, a nuestros recuerdos. No me conformo, nada me conforta, nada quiero. Sé que todos empiezan a mirarme mal, a no creer nada de lo que digo y cual cinta de Moebius ven de mí sólo una cara, la más patética. Sé -por sus ojos-lo que piensan. Los oigo cuando me creen ausente, me tachan de loca, de ida, de excéntrica.
Amor, mi amor, no te conocen, no me conocen. ¿Acaso es cuerdo el amor? ¿Son cabales los amantes? Estamos de acuerdo en algo: me niego a no sentir. Por eso salgo en tu busca una y otra vez, sin miedo a que la oscuridad de la noche me atrape, de que la luz del sol me ciegue. Y grito tu nombre y corro hasta tu encuentro, me arrancó el corazón y te lo ofrezco porque me basta con el tuyo para seguir latiendo.
No entienden que necesite disfrazarme cada noche en el cigarro que te fumas, en el humo que exhalas, convirtiéndome así entre las filigranas en tu Colibrí. A quién le importa si el torrente de pasiones me arrastra hasta ahogarme, tratando de salvar: la flor de tu risa, el abrazo de tus ojos, las miradas que se desprenden de tus manos (abiertas) y tus puños (apretados).
Y claro, imposible entender de lo que hablo si nadie al parecer cree en las musas.
6 comentarios:
No tiene nada que ver pero me apetece compartir contigo esto:
http://www.youtube.com/watch?v=48LiGv-I_jY
Gracias.
Yo si entiendo de lo que hablas, y de lo que escribes, me gusta, además.
¿Si se arranca el corazón con qué se queda? Debe estar muy segura que tiene el del otro. Lo malo (entre otras cosas)es que no lo tenga o que él decida recobrarlo.
Dulce, tú siempre me entiendes...
pero, si uno no arriesga no gana, y vivir al fin y al cabo es un vertigo y no una carrera.
Gracias anónimo.
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