jueves, 13 de agosto de 2009

Mujer qué dice “hola”



Y ahí estaba yo viendo pasar la calle y te vi – fue el momento en que cambió mi suerte- esperabas algo o a alguien, no sé.
Y aquí estoy inventando en ti siempre en ti, a que te decidas a surcar la calle, a buscarme.
Y allí te aguardaré vestida: de amiga, de amante, de vida…calzados los pies de aire, licuándo-me poco a poco espero no rebosarme.
Y entonces me beberás sorbo a sorbo, vestido de frac, ese que siempre te pones para saltar de este lado.
Y así es como te veo, igual que en aquel instante, en qué nos cambió la suerte, en medio de aquella calle, limitados de absurdas gentes.

4 comentarios:

Chicho Valentino dijo...

Limosna para un hombre con una pierna de madera

Aquel hombre siempre estaba allí.
Muchos días a tempranas horas entraba en la calle.
Su espera era su trabajo
su trabajo su espera.
Y la vida la pasaba viva
viendo pasar la calle.
De poco en poco en cada minuto de bronce
en el cazo recogía el fruto de su trabajo.
De su espera con cada minuto de madera.
calmado, experto en paciencia, humilde en la permanencia
trabajaba aquel hombre en el otro lado.

menchu dijo...

ummm, licuadita estás más guapa...y yo, también espero que nada te rebose.

Dulce dijo...

La suerte cambia, y a veces da miedo lo que hace con una.

Mararía dijo...

Chicho: ese fue el testigo del momento de la suerte...bello

Menchu: es mi estado natural, ummm

Dulce: cambia todo cambia, espero todo lo bueno, ya toca.