A veces, alguna vez me pierdo. Sí, me pierdo dentro de mí. Este mundo me parece tan feo, tan sumamente hostil, que corro, corro y, corro dentro de mí. Ahí pero muy al fondo y entonces vivo otra vida; es la vida de mis sueños. Y ando por mi alma buscando a la niña que habita en mí, queriendo volver aquellos lugares donde fui tan feliz.
La casa vieja, la fuente el Piojo, la Quintana, mi vieja escuela, mi caja de lápices de creyón, mi bloc de dibujos con mi mundo de colores, el frío, la nieve, la fábrica de mármoles, el parquillo de la Almudena, el Carmen, el Rastro, el Retiro,
Luego corro por Las Palmas, Vegueta, Santa Ana, las palomas, los perros, el Puente Palo, el Hotel Madrid... Aquel Hotel Madrid. Triana, el Parque de San Telmo, el viejo Cuasquías, mis laderas, la torre ocho, el 127, los institutos, Tomas Morales, la Nueva Moderna,
2 comentarios:
Siempre él(la).
Para darle otro sentido a lo que escribimos... ¿Quién se habrá creído que es?...
Gracias por tus letras...gracias gracias.
Y gracias a esos "el" "la" "los" nos embarga la nostalgia y revivimos tantos momentos felices, recargamos pilas e intentamos seguir tirando de esto que llamamos “vida”
Dos besos y más…
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