viernes, 8 de octubre de 2010

Soledades compartidas #convivencia

Se había resignado, rendido, a la comodidad de la casa, al paseo diario; a su pequeño espacio, pequeños placeres que lo conformaban. La vejez se le presentaba dolorosamente sola, ya que no hay peor soledad que la vivida en compañía.

Durante todos aquellos años de convivencia intentó ser leal y honesto. Limitándose a cumplir un pacto en el que silencio se imponía como una losa. Sin caricias, sin besos, sin miradas que compartir. Se fue encerrando en su mundo. Crear era su salida y creaba… Creaba cada día una nueva excusa para seguir viviendo.

A veces repara en ella, la observa mientras cenan. Sentados uno frente al otro. Trata de recordar si alguna vez aquella mujer le hizo temblar; si alguna vez él logró hacerla suspirar.

¿Por qué siguen juntos? Por conveniencia. No comparten nada aparte de sus silencios y sus miradas hastiadas de mirar sin verse.

Desde aquel trato, durante años, logró serle fiel. Hasta aquel día, en aquel mes, de aquel año. Que nunca podrá olvidar.

Desde entonces vive de recuerdos. Sentado al filo de su cobardía.

5 comentarios:

Cristina dijo...

Tú lo has dicho, no hay peor soledad que la que se vive en compaía. Yo sigo apostando por el amor, a pesar de tantas parejas que ?viven? sin recordar por qué están juntas. Hermoso texto por la sutileza con que está escrito. Triste situación.
Un beso.

Anónimo dijo...

Un relato demoledor pero que conmueve. Magnífico. :) Gracias por estar este día.

Dulce dijo...

Yo también apuesto por vivir con valentía, sola o en pareja, pero sin dejarse llevar por la soledad en compañía. Me pone triste el relato, me alegra leer lo que escribes, cómo lo escribes.

Riforfo Rex dijo...

El amor no es todo el rato enamoramiento. De hecho el enamoramiento no es amor, es pre-amor, por eso hay tanto movimiento entorno a él. El amor es reposo y es confianza y es seguridad, es la colonización del alma no su conquista.

Mararía dijo...

Cris: triste vivir sin recordar, sin amar...

Angel: gracias a tí por invitarme en este día tan bonito.

Dulce: usted es valiente y me alegra que me lea.

Riforfo: capitán, mi capitán el amor será seguramente todo eso que usted me dice. Yo espero a que alguien me colonice.