Y colgada se quedó: así la pensé, la deliré, la acaricié. Esperando por ti, a que me arrancaras las vestimentas de hombre y, ataras mis manos a la espalda con tu corbata, a modo de cadena. La música jazz, el piano, tu guitarra, el humo del cigarrillo envolviéndolo todo, las copas de vino. El deseo, las espirales, la muerte que llega, la noche que se acaba, el poema que se aleja.
2 comentarios:
Esta fantasía de palabras atadas "a tu espalda", encadena los hilvanes para que la muerte y la noche te arropen.
Descose esos hilos, disipa el humo, no te ensordezcas de sonidos mezquinos y aleja a la muerte.
¡Descuélgate!...¡Ten verdaderas fantasías!...
Palabras atadas, hilvanadas, colgadas...descoser, desoír muy bonito Luna, en cuanto a la muerte: "alejar"? je je hablaba de otra muerte evidentemente más chica, una muerte chiquita...
Dos besos hilvanados con dos abrazos encadenados y, mil fantasías (colgadas o no).
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