viernes, 18 de febrero de 2011

Metamorfosis

Cada tarde sentada a su sombra le llora sus penas, contándole de sus soledades y de sus sueños. Quizá nunca encontrará, al hombre anhelado, al amor idealizado. Y aquel árbol flechado le pide a los dioses un milagro.

Ahora cada día las lágrimas de aquella lánguida mujer son su alimento y sus promesas el humus necesario para su crecimiento.

Poco a poco su tronco deja de ser armadura rígida y torna en otro que, contiene vísceras, músculos, piel, huesos…

Mañana terminará su mutación e indefectiblemente podrá abrazarla y ofrecerle su adoración.


4 comentarios:

Menchu Pérez dijo...

tengo pendiente yo mi relato con árbol, el tuyo es muy inspirador, muy emotivo

Dulce dijo...

Qué bonito, mmmmmmmmmmmmm!!!!

Celina dijo...

ye ge sin querer me encontre con tu entrada siento que me descrivistes lo lei me lebanto de mi cama porque estoy siendo presa de mi depresion saludos

Mararía dijo...

Menchu: ándele!


Dulce: bonita tú :)

Celina: hola, encantada con tu visita y que mis escritos te animen a salir de tu cama. Animo amiga