Hay días raros por inesperados, días llenos de felicidad y de esperanza. Luego están estos otros que se te pegan al alma en forma de tristeza como ese chicle al zapato. Y son en días como estos, que te quedas ante tu espejo; esperando a que pase algo o alguien que te brinde una sonrisa en forma de curita. Una caricia que suavice esta melancolía. Unos labios que borren esa lágrima.
Hay días en los que ya no puedes más con tu nariz de payaso.
3 comentarios:
en esos días, no suele aparecer nadie, es mejor esperar a que pasen
A veces aunque aparezca no es lo que esperas, si acaso se supiese lo que hay que esperar...
si acaso... gracias chicas.
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