jueves, 12 de febrero de 2009

Pero yo no soy Penélope


No debí darte mi corazón, lo sé. Ahora, lo tienes, ahí, sin reservas y lo utilizas a tu conveniencia. Siempre que te sientes solo, me buscas, si necesitas consuelo, me llamas. Cuando te encuentras feliz, ni te acuerdas de mí. Si el mundo te abandona, te encuentras perdido, o no sabes adonde escapar…corres hasta mis brazos; porque sabes que siempre te voy a cobijar.
Te escucho paciente, aunque no te dé siempre la razón, te habías alejado de lo verdaderamente importante, demasiados años fuera de tu casa, de su calor. Ahora, estás de nuevo ahí, podrías reconocerme parte del merito. Sigues empeñado en amores viejos, los que te destruyeron, los que no te alentaron en tu camino, en el correcto. Pero te sientes fuerte, claro, me sabes aquí, como la eterna Penélope tejiendo y esperando por ti.

2 comentarios:

Dulce dijo...

Pero acaso él era Ulises para que tuvieras que ser Penélope??? Piensa que el de las aventuras, la diversión, los peligros y las sirenas era él, sólo tienes que liarte la bufanda al cuello y que corra el aire!!!

Mararía dijo...

ja ja ja eso que corra el aire!!!!