domingo, 8 de febrero de 2009

No te vayas


Después de días viajando por mi imaginación (vestida de un color albero), metida como en una cinta de moebius, donde el dolor genera más dolor…En algún lugar de mi extraña memoria, me encuentro con Pessoa, sentado, medio dormido (como siempre), me dice: “Si un día amase, no sería amado. Basta que yo quiera una cosa para que se muera.” Apenas dos frases que resumen mi estado de ánimo, metida en un círculo vicioso, donde todo cuánto quiero, me abandona o se muere. Aún y con todo, el dolor me hace sentir viva.
Cada noche, me acuesto con la esperanza de que tal vez, mañana ya no tendrás miedo. Cada mañana, me levanto con la alegría de haberte soñado.
Me sorprende el hecho de que mi cama siga oliendo a ti. Y ese aroma a café que me llega envuelto con el olor de tu tabaco.

6 comentarios:

le8al dijo...

Siempre he pensado, que desde dentro de una situación, no se puede ver sin también sentir, y se mezcla creando auténticos torbellinos, debatiendo, entre el sentir y el pensar. A veces, con poco éxito, intento imaginar, que lo que me pasa, le pasa a alguien a quien quiero muchísimo, e intento
entonces, vislumbrar nuevos puntos
de vista...a veces saco algo en claro, a veces, no puedo evitar sentir, más que pensar.

Dulce dijo...

No se puede sentir tanto, a veces hay que cerrar alguna puerta para dejar que otras se abran, que entre aire nuevo, o que puedas respirar el aire de tu propio jardin. Basta que uno quiera una cosa para que se cumpla

Mararía dijo...

Yo quiero sentir, lo que sea antes que morir. Y eso hago querer con toda mi alma, porque lo sé, al final se cumplirá...metida en mi torbellino de colores, olores, emociones... Cerraré puertas abriré ventanas!!!

Gracias y dos besos

Anónimo dijo...

Si te sirve de consuelo, sufro el mismo mal.
:D

Crecí escuchando aute y serrat. gracias porla canción, me encanta.

Me acuerdo de mi madre cantandola.

Riforfo Rex dijo...

He visto un poster que dice: "hay que vencer la tiranía de las emociones". Me pareció extraño porque hasta ese momento concebía las emociones como algo que te sobrevenía como a San Pablo los éxtasis divinos. Pero no, es posible imponerse a ellas como un portero de discoteca: tu sí; tu no, con esas sandalias no entras. (es cierto que de vez en cuando, si te distraes un poco, de pegan una paliza).
Las emociones llenan de telarañas la mente que necesita luz.
Yo soy un trasunto de Pessoa.

Mararía dijo...

Gracias trasunto...