Amanecen días raros. Días en los que nada nos duele, no debemos nada, nos sentimos en paz con el mundo y con nosotros mismos. Son días extraños por lo único. En esos días prometo mirarte a los ojos, tomar tu mano y pasearte. Prometo aprovechar cada segundo en vivirte, en olerte, en conocerte. Prometo aprender de ti, todo lo bueno, lo que te hace feliz, lo que te hace reír. Prometo paladearte, saborearte, respirarte. En esos días prometo: acariciarte con tus manos, mirarte con tus ojos, escucharte solo a través de tus oídos. Centrarme al fin, en una sola cosa, en ti.
5 comentarios:
Hoy sí que amaneció un día extraño. Verdaderamente nada te dolía, nada debías y te sentías en paz con el mundo y contigo misma. Era un día extraño por lo novedoso. Prometió aprovechar cada segundo en vivirte, en olerte y en conocerte. Prometió paladearte, saborearte, respirarte. En ese día extraño por lo único, prometió acariciarte con sus manos y mirarte con sus ojos, escucharte solo a través de sus oídos. Pero al final, se centró en un sola cosa como siempre hacía. Se centró en él...
Besos en este amanecer "extraño" de hoy...(centrada en una sola cosa: en ti misma)
en estos días todo el tiempo del mundo sopla en tu dirección, la osa mayor corrige la punta de su cola y te corona con la estrella que guía: la mía.
En estos días no sale el sol sino tu rostro, y en el silencio sordo del tiempo brillan tus ojos.
¡ay de estos días terribles!
(de memoria otra vez, una canción de Silvio Rodríguez)
La versión de Luna es para considerarla seriamente, las que padecemos generosismo tenemos que empezar a pensar un poco en nosotras mismas, aunque nos duela y nos cueste.
Luego están otros días, como el de hoy, que quisiera volver a estar ciega, porque no aguanto tanto dolor.
Pues de ese dolor sal, porque los que te queremos sabemos que no te lo mereces, que tienes una bonita sonrisa que adorna una cabeza llena de bellas y sinceras palabras.
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