sábado, 31 de enero de 2009

El dolor acaba, las deudas se saldan...


Lo sabía, porque lo vivió antes.
Lo sabía, que llegaría el día.
Ese día, amanecería y
no le dolería ya nada.
Se sentiría muy extraño,
con esas ganas tontas de vivir,
pero de otra manera.
Entonces, la pensaría, como cada día
desde que la conoce la piensa.
Pero ese día, la pensará de otra forma.
Y correrá a buscarla; seguro de encontrarla,
como siempre.

viernes, 30 de enero de 2009

Instrucciones para centrarme en tí

Amanecen días raros. Días en los que nada nos duele, no debemos nada, nos sentimos en paz con el mundo y con nosotros mismos. Son días extraños por lo único. En esos días prometo mirarte a los ojos, tomar tu mano y pasearte. Prometo aprovechar cada segundo en vivirte, en olerte, en conocerte. Prometo aprender de ti, todo lo bueno, lo que te hace feliz, lo que te hace reír. Prometo paladearte, saborearte, respirarte. En esos días prometo: acariciarte con tus manos, mirarte con tus ojos, escucharte solo a través de tus oídos. Centrarme al fin, en una sola cosa, en ti.

Te Amo


Ante aquella certeza, tan simple, tan fácil, tan amable, no quiso. Negarse a ser feliz era su sino, arrepentirse luego, también. Todo era cotidiano con ella, tan tibio, tan acogedor, tan ideal como solo pasa en los sueños. Tanta obviedad lo asustó y se marchó.

sábado, 10 de enero de 2009

Cuidado de las violetas

Dedicado a:
Alexis Ravelo
y a mi viejo profesor de filosofía:
Don Francisco Mayor
(donde quiera que esté)
Habían acordado cuidarla entre los dos, aquellas violetas, tan bonitas, en su maceta de terracota, recién comprada, en uno de aquellos paseos aireando su amor. Amor, recién estrenado, como su matrimonio, como aquel piso, tan céntrico, tan de muebles caros, tan bien decorado, con ese estilo minimalista, tan del gusto de ambos.
La planta pasó a ocupar un lugar privilegiado en el salón. Al lado del ventanal, encima del buró.
Durante aquel año, él cuidó de abonarla, mientras ella le procuró el riego diario.
Meses más tarde, seguía ahí, en su lugar destacado, en el salón. Con menos flores y algo deslucida.
Ella pensó: ¿la estaré regando lo suficiente? Y dobló la cantidad de agua, extremó los cuidados: limpió sus hojas, la protegió de las corrientes, intentó que le diese el sol pertinente.
Él, ocupado en su trabajo, con un ascenso inmediato, en la compra de un nuevo coche, en fin, en sus cosas. Olvidó su parte del trato (proporcionar el abono adecuado a las violetas).
A veces, reparaba en ella, en lo fea y ajada, que se estaba poniendo. Entonces, protestaba, recriminando a su mujer, el descuidarla. La esposa, angustiada, la ahogaba en agua y extremaba aún más si cabe, sus atenciones. Las raíces podridas, por tanto exceso, la planta mustia, marchita y seca, por defecto.
Ahí seguía el maravilloso piso, con su decoración minimalista, y su magnífico salón. A simple vista, parecía el mismo. Solo que, en el lugar, especialmente elegido, ya no había maceta de terracota, ni violetas, ni.

jueves, 8 de enero de 2009

Happy birthday

Me cuesta, no llorar, al recordar la primera vez que te tuve entre mis brazos.
Antes de los nueve meses, en que fuimos una, a pesar de ser dos, ya te soñaba.
Recuerdos, momentos, etapas, risas, llantos…todo conforta, estos años, en que nos has llenado de felicidad.
Ínventar nuevos mundos, es lo que siempre intenté, para ti, para los otros.
Alguna vez, espero haber acertado. La mayoría de las ocasiones he tenido que ir improvisando.

Moebius y diamantes


Me lo dices siempre…pero no me lo creo. Me cuesta oír halagos, no es falsa modestia. Siempre te escucho, es sencillo, porque eres complejo.

Incrédula, indecisa, insegura a veces. Tú, me conoces, sabes cómo soy. Por eso, me das la palabra justa, la que espero.

Cada momento vivido, es único, cada ser, es único. Tú eres especial y único para mí. Me escuchas, así de simple.

Hay diversas clases de relaciones, distintos amores, alianzas eternas, difícil encontrar la palabra que defina lo que nos une.

Entonces, nacen los libros, para explicar lo que no podemos con una sola palabra. En algún libro lo leí (siento no recordar cual).

La nuestra, espero, algún día, contarla en forma de novela, cuento, relato…sobre todo será un canto a la valiosa amistad; hasta entonces te digo: gracias…

martes, 6 de enero de 2009

Prometo guardarte siempre...



Podría mentirte y mentirme. Decirte: que estaré aquí mañana, como hoy, como siempre, aguardándote con mi mejor sonrisa, mis brazos y mis ventanas bien abiertas. Parar el tiempo y parar mi mundo.
Pero…
Mañana será tarde, quizá, si vienes a buscarme, me habré ido.
Voy recordándome sin ti. Viviendo aquellos días grises, pero tranquilos y, míos tan míos. Días llenos de futuro, de promesas, sin juramentos. Días llenos de esperanza, por el mero hecho de estar viva.
Mañana será tarde, quizá, si vienes a buscarme, me habré ido.
Se acabó el tiempo de la espera, no quiero más esperas, sin ti a mi lado. Y aunque sé, que algún día (me podrá la nostalgia) iré hasta allí, ocuparé tu barra, tu sitio, beberé de aquella copa y hablaré con tus amigos. Lo haré como quién hace un brindis al sol. Como brindo cada día por los míos (los que ya no están).
Mañana será tarde, quizá, si vienes a buscarme, me habré ido.
Me iré a pasear los mismos lugares, visitaré aquellos paisajes, que un día soñé, contigo a mi lado. Pero no estaré sola, sé que ya nunca estaré sola, porque siempre habrá alguien, dispuesto a partirse en dos para que no se apague mi luz. Alguien que, como yo, solo aspire a ser un faro solidario, en medio de tanta loca oscuridad. No me daré por vencida, jamás.
Mañana será tarde, quizá, si vienes a buscarme, me habré ido.
Y sé, que te irá bien, que alcanzarás todo cuanto sueñes. Bailarás en otros cuerpos, leerás en otros libros y escribirás en mil cuadernos. Disfrutarás al fin de esas plazas, paisajes y de ese cielo tan contaminado como anhelado.
También sé, que si al final no encuentras lo que buscas (un poco de autenticidad) y te pueda la soledad. Prenderás la luz de la memoria y los recuerdos fundirás. El tiempo junto a la distancia, coloca todo en su lugar. Ocuparé entonces mi sitio, en tu rincón y pensarás: "¿qué andarás haciendo ahora?”
Mañana pues…
Esta tristeza que inunda mi ser ya no tendrá sentido. Si vienes a buscarme mañana, quizá, ya no estaré.
Ayer, ya no me acuerdo si te amé. Mañana, seguro, habré partido en busca de mis sueños y, seré feliz. Como siempre. Hoy todavía sigo aquí, haciendo lo que más me gusta: vivir en gerundio, es decir, viviendo, salpicando, amando, amando-te.
Mañana será tarde…

lunes, 5 de enero de 2009

domingo, 4 de enero de 2009

De intuiciones y amores imposibles

Una noche haces una llamada y a través del auricular, escuchas la voz más preciosa, la voz soñada, anhelada, con la cual deseas dormirte y ardientemente oír al despertar.
Es una breve charla, intrascendente, precipitada, pero todo el azul del cielo cae sobre tu pobre alma.
Y es así, sin buscarlo, como te llega, tú solo sientes que todo se te enciende dentro. Sabes que es un absurdo enamorarte de una voz. Es otro absurdo tu amor.
Otro día, ya en la noche, lo ves, lo reconoces, una mirada, apenas una sonrisa, aquel gesto tan suyo, ya para siempre inolvidable.
Otra noche, aquella en que el paseo te llevó hasta su cala, a su primer abrazo, a su primer beso... y crees desfallecer de la dicha.
Sabes que es un amor imposible. Te lo grita tu intuición, pero a ti te encanta hacerte la sorda.
Sabes que es imposible cruzar una vida con la otra, que él, no necesita de tu amor, que es solo una quimera, mañana él se irá y no lo verás más.
Sabes que eres afortunada, porque un día tocaste a tu amor, pero también sabes que es imposible tu amor.
“que el amor que le tienes a tu amor imposible no necesita a tu amor imposible”.
Lo sabes y a pesar de todo das gracias por estar viva, por reír, por llorar, por encontrar sin buscar.

¿Bailamos?


Te lo dije: acabaremos bailando y ese baile será un tango. Si acaso ya no lo hicimos, bailando así amarraditos.
Bailando yo el paso.
Bailando tú el ritmo.
Mi boca, bailando en tu boca.
La pasión, bailando en el aire.
La música, bailando arrabalera.
Tus manos, bailando por mis caderas.
Tu mirada, bailando en la mía.
Nuestros cuerpos, bailando figuras.
Nuestros pies, bailando los pasos.
Nuestros corazones, bailando acompasados.
Subimos, bajamos, giramos, volvemos, vamos, nos revolvemos, nos rodeamos, nos paseamos, nos…
¿Bailamos?